Costillas al horno con miel
Esta salsa a la miel es perfecta para unas costillas al horno.
Su sabor combina perfectamente con el sabor de la carne, y al untarlo varias veces sobre la costilla, se va quedando un a especie de costra crujiente que es deliciosa.
Seguro que acabarás chupándote los dedos, literalmente.
Sólo hay un plato que me guste más que estas costillas a la miel, y es la fideuá de mi madre. Si quieres saber cómo se hace un fideuá de marisco como mi madre, te lo enseño aquí.
Ingredientes
- 1,5-2 kilos de costillas de cerdo
Para el adobo
- 2 cucharadas de jengibre en polvo
- 1 cucharada de cebolla en polvo
- 1 cucharadita de ajo en polvo
- ¼ a 1/2 cucharadita de pimienta de Cayena
- 1/2 cucharadita de pimienta negra
- 1/2 cucharadita de nuez moscada
- 1 cucharadita de tomillo
- 1 y ½ cucharadita de sal
Para el glaseado
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- 3-4 dientes de ajo picados
- 340 gr de miel
- 60 ml de salsa de soja (baja en sodio)
- 1 cucharadita de pimienta negra
¿Cómo hacer la receta de cordero con miel?
Empezamos preparando el adobo. Para ello, mezclamos todos los ingredientes en un bol. Reservamos.
Para preparar las costillas, primero retiramos la fina piel plateada que hay en la parte posterior de todas las costillas, que hace que las costillas se ricen durante la cocción y evita que el adobo penetre en la carne.
Es muy fácil quitarla. Cogemos un cuchillo y lo introducimos entre la piel y el primer hueso para aflojarlo, metemos el dedo dentro y tiramos de la piel hasta quitarlo por completo.
Una vez retirado, espolvoreamos la mezcla de adobo por toda la superficie y la untamos bien con las manos, hasta cubrir toda la carne. Envolvemos el costillar con papel de film y lo introducimos en el frigorífico durante varias horas (o durante toda la noche).
Es mejor que estén con el adobo varias horas, pues el sabor es más intenso. Si no tienes tiempo para eso, puedes cocinarlo inmediatamente después.
Precalentamos el horno a 110ºC y colocamos las costillas sobre una rejilla de horno, que a su vez, estará posada sobre una bandeja de horno. Introducimos las costillas en el horno durante 8-9 horas dependiendo del grosor de las costillas.
Para hacer el glaseado, ponemos una cazuela al fuego. Añadimos 2 cucharadas de aceite de oliva y sofreímos el ajo picado hasta que se dore.
Añado la miel, la salsa de soja y la pimienta negra. Bajamos la temperatura y dejamos que continue la cocción durante unos 20 minutos, hasta que veamos que la salsa se ha reducido y esté espesa.
Lo retiramos del fuego y dejamos que enfríe unos minutos.
En las dos últimas horas de cocción, untamos la salsa sobre la carne y vamos girando las costillas cada 30 minutos o menos. Podemos untar más salsa cuando queramos, para que tenga varias capas.
Cuando veamos que la carne se ha despegado del hueso, nuestras costillas estará hechas. Las sacamos del horno y dejamos que reposen durante 10 minutos antes de partirlas y servirlas.